Hoy cuatro días después de la culminación del desafío que yo solito me lo guise y comí, ando ya solo con algo de dolor por las agujas de rigor de mi fisio en las sobrecargas en el gemelo izquierdo y el isquio derecho. Por lo demás, todo salio perfecto, digo mas que perfecto, ideal.
Ya antes del día D soñaba con una carrera parecida a la que dispute en Dolomitas en junio pasado, donde no tuve ni un problema y todo me salio genial. Como todos sabemos, para que en tantos kilómetros todo salga bien se tienen que alinear todos los planetas del sistema solar y alguno que otro mas. Pues bien, el pasado viernes, todo se alineo a la perfección: mi estado físico y mental previo, la coordinación en la colocación de los distintos avituallamientos, el acompañamiento por tramos, la navegacion nocturna sin antes haber reconocido gran parte del itinerario, la meteorología favorable, todo fue un cumulo de buenos soportes para que saliera adelante este proyecto.
El viernes a las 14:00 me montaba en el tren camino de Madrid, viendo al fondo la Sierra, donde horas mas tarde estaría rodando por ella.
Mi gran amigo David Cortes(Boton), después de recogerme en Chamartin, me trasladaba hasta el punto inicial en el Pontón de la Oliva, allí después de recargar hidratos cortesía de Botón, emprendía el reto a las 17:00h, junto a mi primer acompañante, Javi Aznar (Javichin), el se comió el tramo mas largo de acompañamiento a lo largo de 52km hasta el cruce a la salida de Miraflores. Un templado sol de invierno nos iba a acompañar en los continuos toboganes entre la salida y Patones de Arriba. Pasado el rustico pueblo, enlace el sendero GR-300 del Genaro, en dirección al Berrueco, iniciando la mas pronunciada subida en esta primera fase del reto. Con las ultimas luces y a buen ritmo llegaba al Berrueco, donde paramos a respostar algo de comida y bebida, nos abrigamos algo mas ya de cara a la noche. Por un marcado sendero encaramos el siguiente punto, La Cabrera, la luna creciente iluminaba algo en la oscuridad.
Son ya las 9 de la noche, y las horas van pasando rápido, gracias a la charla con mi acompañante. A lo largo de estrechos senderos entre jaras se va ascendiendo camino de Valdemanco, al cual llegamos rápido. Bustarviejo se hace un poco mas de rogar, pero al fin aparece tras una bajada.
Mi primer avituallamiento queda mas cerca, pero Miraflores es grande y hay que bordearlo por el sur hasta el cruce con la carretera de Soto con la de Guadalix. Los 47 iniciales se convierten en 52km, llegando al punto a las 23:30, donde Ángel Calle, esperaba pacientemente junto a su mujer y su hija que se había quedado dormida en el coche. Toca cambio ya para ponerse de largo, la noche va enfriándose. Hay que comer y reponer líquidos, pues van ya mas de 50 y queda lo peor de la noche. Me despido de Javichin, con un abrazo, y emprendo la marcha acompañado por Ángel, con el objetivo puesto en llegar a mi segundo avituallamiento en Cercedilla, en el km85.
Serán 33km sin mucho desnivel, de camino a la Ermita de San Blas donde tendríamos que vadear un arroyo mas crecido de la cuenta, para después dirigirnos hacia el SW ya de cabeza a Manzanares, donde el camino iba pegado a la carretera, junto al embalse de Santillana.
Van cayendo las horas y los kilómetros, paso Matalpino y Navacerrada, y poco después entro en Cercedilla, son las 5:30 cuando llegamos a la estación de la policía local donde había dejado un día antes el equipo para afrontar el tramo mas montañoso y nevado entre aquí y El Escorial, mas de 40km de montaña, hielo y nieve.
En Cercedilla, toca cambiarse de equipo, comer algo de pasta y reponer de nuevo líquidos. Suelto las Voomero, que hasta ahora había llevado y me armo con un equipo totalmente distinto, unas Icebug MR2 con puntas metálicas, bastones Black Diamond, gorro de nieve,polainas y guantes de goretex. A las 6:30 salgo acompañado por Mayayo y Julian, expertos corremontes de estos lares, que me harán compañía durante el alba, subiendo hacia Fuenfria y el tramo por Marichiva y Peñota. Hay que ir con algo de cuidado, por las placas de hielo, pero al no hacer demasiado frío, se puede avanzar mas o menos rápido, sera el tramo de Marichiva a Peñota el mas pesado por la cantidad de nieve blanda, que me supone mas desgaste después de los 100km que llevo cuando alcanzo el collado. Me esperaba una durilla y continua subida a la Peñota, donde el jolgorio alli es total, pues me salen al encuentro, el grupo de Bandoleros, Manuel, Raul, Ander y algunos mas que ahora no recuerdo sus nombres, y parte del Comando, con Chusta, Euse y Juan Angel.
El subidon es total, tocan fotos y abrazos, el momento es inolvidable. Y las vistas desde Peñota son de una belleza indescriptible. Toca bajar y subir varias veces de camino al Alto del León, donde me llevo otro alegrón al encontrarme con Ruben Escobar, que me avituallo en el mismo puerto, con un impresionante bocata de jamón serrano, que me dio la vida. Eran las 12 del mediodía, y con energía renovada me despedia de Mayayo y Julian, y acompañado por 3 bandoleros de lujo y su perro, me disponía a atacar Cabeza Lijar y todo el tramo montañoso, unos 15km, entre el León y Abantos.
A lo largo de este tramo, fui recuperando y manteniendo un buen ritmo, después de pasada la centena de kilómetros. Se me hizo un poco largo este tramo, pero a las 15:30 alcanzaba el vértice Abantos, y en rápida bajada por pistas, caía sobre el Monasterio del Escorial y de ahí al polideportivo, estaba ya en el km 135, eran las 16:00 del sábado 16. Los Bandoleros se despedían efusivamente de uno, después de haberme llevado arropado durante cuatro horas.
Un alegrón sin igual ver a mi familia, y también a Raquel, mi fisio y a Ruben que ya me seguiría hasta el final. Toca meterse en boxes, comer, cambio de equipo de nuevo, mochila Olmo 5l y Voomero 6 para este tramo mas pistero y de carreteras. Raquel me descargo bastante el dolor de isquio y gemelo, pero alcanzando el punto justo para no relajar los musculos.
A las 17:00 salia dispuesto a comerme los últimos 45km, paso la Silla de Felipe II en dirección a Zarzalejo, al cual llegaba bastante rápido, de ahí apretaba para llegar todavía de día a Robledo de Chavela, donde me doy cuenta que me faltaba la ultima parte del track. Creo recordar que se salia por la carretera, pero llamo mejor a Claudio Luna para confirmar ruta. efectivamente tendré que seguir 4km por la carretera y coger la carretera de Cebreros durante 1,5km donde cojo una pista a la izquierda que me llevara durante 9km en dirección a la presa de Pelayos. Monte a través me toca bajar en la oscuridad hasta montarme encima de la construccion, la cual la recorro hasta llegar a la gasolinera.
Allí me encuentro de nuevo con Ruben ,y preguntando a unos y otros encontramos el camino o senda verde que va a San Martín. Serán los últimos 6km, a ritmos todavía rápidos, pero en el ultimo kilómetro, el frío, y el cansancio acumulado me hacen sufrir una bajona que me hace ir andando hasta la entrada del pueblo, donde me espera mi apoyo. Foto al cante, y para el coche, pues me estaba ya enfriando demasiado.
El Reto GR10 invernal Non stop había acabado, 29h25min después de comenzar, y una alegría enorme me llenaba no solo por haber sido el primero en finalizar el GR de un tirón, sino principalmente por haber vivido una experiencia de esas que te marcan de por vida, habiendome sentido arropado en cada momento por muchos amigos a los que nos une una misma afición, correr libre por la montaña.
En breve pondre album recopilatorio de fotos que me fueron haciendo los compis y algun que otro video.
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