Todavía con el cambio horario, el cansancio, el shock de cambio de cultura, del reencuentro con la familia,de lo vivido y absorbido allí en Asia, en el corazón del Himalaya, me dispongo a relataros en la medida que pueda estos diez días que viví intensamente y que hoy escribiendo y recordando tantos momentos me vuelven a emocionar, pues no hay palabras que puedan resumirlo, porque lo vivido alli hay que sentirlo en primera persona para poder comprenderlo bien.
Yo no vengo de correr solo una carrera, ni siquiera la carrera en si fue solo la vivencia, pero si el vehículo a través del cual he podido vivir y sentir tantas emociones en estos días. En este viaje exterior e interior no importan mucho los tiempos, ritmos, perfiles, posiciones. Eso a mi no me llena, yo buscaba algo mas y lo encontré en Butan, algo que me hiciera reencontrarme conmigo mismo a través del deporte, de la aventura del contacto y de la amistad con otros seres humanos, que me devolviera al estado puro, a la libertad total, a la unión con la naturaleza y con otras personas de otras razas, culturas y pensamientos.
He vivido como nunca, tan intensamente, los maravillosos lugares remotos por los que pase, viví, dormí y sufrí que son ya parte indivisible de mi interior y eso no tiene precio material pero si infinito valor espiritual.
El viaje en si, la amistad estrecha con personas de todo el mundo, las vivencias deportivas y de aventura cruzando el pais, subiendo montañas, avanzando por selvas primarias,recorriendo bosques de cedros y rododendros, cruzando puentes colgantes que se balanceaban sobre furiosos ríos de montaña que bajaban repletos de agua de las entrañas del Himalaya, durmiendo en granjas y monasterios budistas, el paisaje siempre envuelto en banderas de oraciones y mantras, en shortens y estupas, transmitiendo que por donde pasaba todo tenia ese carácter sagrado que había que respetar.
La gente que vive aquí es feliz, unida a la naturaleza y respetuosa con ella, saben de la impermanencia de todas las cosas y de la repercusión de todos los actos en la vida que influirán en el karma de cada uno de ellos y por eso respetan a cada ser, animal o planta.
Volviendo atrás en el tiempo, y todavía en territorio occidental, el jueves 30 de mayo iniciaba viaje con escala en Munich hasta Delhi, junto a Manu Pastor y Salva Calvo.
Allí tras una escala de 5 horas volamos hacia Butan, con parada obligada en Kathmandu de 4 horas por mal tiempo. Finalmente y tras un emocionante vuelo rasante entre montañas y valles aterrizábamos bajo la lluvia y las espesas nubes bajas, en el aeropuerto de Paro, casi 24 horas después de haber salido de casa.
Los vehículos y voluntarios de la organizacion nos trasladaron en varios vehículos al hotel en Timphu, allí tras acomodarnos y dejar el material hubo un chequeo del equipo, documentos, y tras ello la cena de bienvenida, todos juntos, con presentaciones varias. Tras la cena me toco preparar la maleta que se quedaba y trasladaban a Paro, hasta el ultimo de día y todo el equipo de carrera y vida en campamento.
El sábado 1 de junio después de desayunar nos trasladamos a las inmediaciones del Zhong de Punakha, a mas de 3 horas de carreteras de montaña, en el valle del mismo nombre. Allí visitamos la impresionante fortaleza-monasterio, la mas famosa de todo Butan.
En el campamento junto al río, cenamos y nos preparamos para la primera etapa, el domingo 2, con 32km y casi 2.000+. Un recorrido a lo largo del valle de Punakha con continuos sube-baja y una trepada final a 1.700m de altura al monasterio budista de Chorten Nymgbu.
El ambiente es genial entre Salva, Manu, yo y Pepe, voluntario en la organizacion, y por supuesto entre todos los demás corredores. Las ganas son muchas, de vivir esta alucinante experiencia que no sabemos con seguridad lo que nos vamos a encontrar.
La organizacion, Globallimits con su director Stefan a la cabeza hace que todo funcione como un reloj, en cuanto a campamento, comida, soporte medico y ya en carrera, los controles y el marcaje son de un detallismo muy germano.
El domingo 2, a las 7 de la mañana nos encontramos con la sorpresa en la salida , al pie del Zhong de Punakha, con que todos los chicos de un instituto cercano han venido a recibirnos y cantarnos el himno nacional de Butan, presidido por el gobernador de la zona y protegidos por los mantras recitados por el lama del monasterio en la linea de salida, en el puente que da acceso a la fortaleza. Si no es por el equipo de carrera que llevaba encima me parecía vuelto a otra época.
Tras la cuenta atrás se daba la salida de esta aventura de 200km y 18.000m acumulados por el corazón del ultimo Sangri-Lha, cuna de dragones como es llamado Butan en su lengua, Druk Yul.
Allí, en un terreno en el interior de los edificios, se acampo ese día. Por la tarde el lama y sus monjes nos tenían preparado una ceremonia de ritual de recitaciones de mantras con el objeto de protejernos durante toda la carrera, fue algo muy especial poder vivir aquello. me sentí un privilegiado el poder compartir aquellos momentos en ese sitio tan especial con esas personas tan espirituales.
Esa primera etapa no empezó para mi del todo bien, pues aparte de varios calambres, tuve una caída corriendo por una zona de arrozales, y un despiste siguiendo a otro corredor hizo que me saliera del recorrido marcado, perdiendo bastante tiempo. Al final 3:55 y 6º a una hora del primero, Salva, que ya desde el principio puso su diferencia.
El lunes 3 esperaba la etapa mas dura en cuanto a terreno y desnivel. En los primeros 19km se subían desde los 1.700m hasta el paso de Simchula a 3.400m, por bosques de selva primaria para después descender mas de 1.000m de desnivel durante los últimos 10km hasta una aldea donde dormiríamos en una granja.
Para mi, las tardes eran descanso, cena, recuperación a través de estiramientos y automasajes con las cremas de BES-T que amablemente Juan Manuel Abad tuvo el detalle de enviarme y que tan buenos resultados me han dado, ayudandome en la recuperación cada día así como para afrontar cada etapa.
Desde el primer día corría con la equipacion de Land, que practicamente estrene allí, cosa que en teoría no se debe hacer,segun las revistas de running, pero que yo no tuve ningún problema con ella, siendo todas las prendas muy cómodas en ajuste y tallaje. A pesar de la alta humedad reinante las prendas se comportaron bien, utilizándolas cada día en cualquier condicion y terreno.
En zapatillas, fui alternado entre unas Single Track de North Face para las etapas mas rodadoras y unas Raptor de Sportiva para las etapas mas exigentes en cuanto a terreno: barro, piedras, ríos en plena jungla montañosa.
El día 4, martes esperaba sin saberlo la etapa mas rápida, por mi culpa, 27km, donde desde el principio yo impuse el ritmo,intenso, yendo en cabeza durante los tres primeros kilómetros, con Salva, Stefan y Manu siguiendome los pasos. Durante 10km en carretera con continuos sube-baja, fue el terreno propicio para ir muy rápido y marcar diferencias con el resto del pelotón. Los últimos 6km fueron una espectacular trepada a mas de 3.600m de altura, donde los monjes del monasterio Pajhodin nos recibieron y acogieron de una manera increíble. Empapados por la fina lluvia y el frío, tras 4 horas, nos dieron ropas suyas para abrigarnos y nos encendieron el único radiador que tenían para calentarse en las largas noches de invierno.
Esa tarde esperaba uno de los acontecimientos, quizás el mas especial y esperado por los chavales monjes y también por mi. La entrega de material deportivo, unas camisetas con el escudo de su monasterio para esos chavales huerfanos que viven en condiciones muy duras y donde el fútbol se había convertido en una de sus aficiones favoritas, y que gracias a Segosala y a Agustin Perez, director deportivo del club, se hizo realidad el proyecto de llevarles las equipaciones y cumplir el deseo de ellos, que era que los corredores occidentales jugaran un partido de fútbol con ellos.
Tras la emotiva entrega de las equipaciones que le hice al lama Nangay, además de material escolar para los chavales, que yo y mi mujer habíamos comprado en plan particular, se celebro un emotivo y simpático partido de fútbol en el artesanal campo que los mismos monjes habían estado allanado meses antes y unas porterías que con 3 troncos habían fabricado. Me lo pase genial, además metí los dos goles con mi camiseta de España, y fui la estrella del partido,segun ellos, jejeje.
Tras el partido a las 5 de la tarde y la cena, fue momento de descansar, durmiendo en las sencillas y humildes habitaciones de los monjes, que ellos mismos cedieron para nuestro descanso.
A la mañana siguiente no me levante muy bien del estomago, la etapa era también dura con un recorrido de 37km y una trepada inicial hasta los 3.800m para después descender unos mil y de nuevo ascender otra ves hasta los 3.500, para luego bajar de golpe 2000 m hasta una aldea cercana a Paro.
Pero para mi fue la etapa mas dura, pues debido a la altura estuve mareado toda la etapa, muy débil y con diarrea, tene¡iendo que poner muchisimas ganas y cabeza para poder acabar la etapa, sobre todo en la subida, pues para los dos mil de bajada pude recuperar algo para poder correr mejor.
Así y todo al llegar estaba muy débil y me acosté, bebiendo agua con suero y temiendo el día siguiente y como podría afrontar la etapa mas larga de 52 km en ese estado si no mejoraba.
Menos mal que me levante el jueves bastante recuperado y con el paso del día fui a mas y afronte la etapa desde el principio con muchas ganas, en el grupo de cabeza, llegue a ir tercero entre el km 30 y el 40, para después entrar 4º junto a mi amigo suizo Stefan, junto al que corrí toda la etapa. La etapa era muy corrible por carretera y pistas de tierra alrededor de la zona de Paro.
Me sorprendí yo mismo de como podía correr con esas fuerzas si el día anterior no podía ni moverme.
La estrategia de hidratacion y ritmos fue buena y salio todo genial.
Con 30min de diferencia con Salva, primero, entrabamos en meta después de 5h53min de carrera, después de 180km ya recorridos y a falta de la ultima etapa y su final apoteósico en el Nido del Tigre, un monasterio colgado de unos riscos a 3.000m de altura.
El viernes 7, con salida separada por tiempos, salíamos el grupo de cabeza, 7 corredores, Salva,Manu, yo, Stefan, Joe, Randall y Gus con un ritmo reservado y todos a una, pensando en disfrutar los últimos km de esta aventura que se iba terminando.
Tras recorrer una zona de canales y arrozales tocaba afrontar los últimos 6 km, un casi km vertical desde los 2300m hasta los 3.200 de altura de la meta en el Nido del Tigre.
Un trepada espectacular a lo largo del camino, una empinada pista que sube a la mayoría de los turistas a lomo de caballo o mula hasta las puertas del monasterio y donde vas viendo el imponente edificio anclado a los riscos. Después de 2 horas alcanzaba la meta y terminaba la aventura en Butan, después de 27h36, seis etapas y 200km de intensas vivencias.
Tashi Delek
Increíble aventura e imagino que inolvidable. Y a pesar de la envidia(mala) que me das..., enhorabuena.
ResponderEliminarSds
Pues si Dani, la experiencia inolvidable, de las que te hacen mas rico cultural e espiritualmente ademas de mejor deportista, pues comparti tienda y vivencias durante 10 dias con un campeon como Salva Calvo.
EliminarVeo que fue toda una experiencia para no olvidar. Me alegro que lo vivieras a tope y además, envuelto en una carrera de altura. Enhorabuena David.
ResponderEliminarGracias y un abrazo
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