Este pasado 28 de marzo volvía a ponerme un dorsal en un trail después de casi un año después, cuando el 18 de mayo corría la carrera Pencona de 32km en la Vera (Cáceres). Once meses, sin objetivos claros, por motivos de trabajo y por culpa de unas molestias en la rodilla derecha que no acababan de desaparecer y que poco a poco trato de ir olvidando, cerrando una etapa deportiva y abriendo otra, que empezó a abrirse el pasado noviembre cuando decidí probar por primera vez el seguir un ciclo de entrenamientos guiados por el gran corredor y amigo David López Castán.
Desde noviembre la progresión ha sido lenta y los entrenos han ido adaptados al tiempo disponible que no es mucho, y a esa jodida sensación de presión en la rodilla que va y viene, y lo más gracioso es que según todas las pruebas tengo la rodilla de un chaval de 20 años, misterios para Iker Jiménez.
La verdad es que seguir un ritmo de entrenamientos guiados y personalizados y definido según objetivos no tiene nada que ver con correr a tu bola y sin programa definido.
Siempre he sido de entrenar por sensaciones y un poco lo que me apetecía dentro de saber que me tenia que preparar para una u otra prueba.
Con esta nueva ilusión empezaba 2015 con el proyecto de volver a Sevilla para correr el nuevo y polémico maratón, con su recorrido céntrico, pero una vez más tuve que suspender el viaje, esta vez por motivos familiares, que me impidieron volver a rodar por la ciudad que me vió nacer.
Con esta han sido si no recuerdo mal, 4 carreras que durante 2014 no pude asistir, unas por no estar en condiciones y otras por motivos de trabajo o familiares, algo que no me había pasado antes.
Falté a Penyagolosa 115km, por lesión tampoco pude estar en la salida del Ultra de Guara 105km y un par de ellas más que tampoco pude asistir.
La segunda prueba importante que me marqué en calendario, vino por la ilusión de correr en pareja con mi gran amigo y compañero de entreno Demi Casero, corredor gallego pero segoviano de adopción que en dos años está haciendo podios por donde va en categoría veterano y master.
Pués el pasado 28 de marzo casi estuvo a punto de chafarse de nuevo, coincidiendo con un nuevo catarrazo, y ya era el segundo que pillaba este año, el primero incubado en la media maratón de Getafe, que me tuvo en cama 4 días.
Así con catarro incluido, me presentaba junto a Demi, en el Berrueco, en un sábado primaveral, para correr la versión larga de esta prueba, que se celebraba por segunda vez y que organizan los amigos de Trail Extrem a través de Arelgo Sport, encabezados por Sonia Elgueta, buena corredora con la que he coincidido en varias pruebas, entre ellas, el Ecotrail de París en 2012.
Ya conocía el recorrido cuando en 2012 junto a otros buenos amigos del "Comando Guadarrama" tuve la oportunidad de recorrer la senda del Genaro, ruta circular señalizada entre 800 y 1.260m de altura, alrededor del pantano del Atazar, al NE de la Comunidad de Madrid. Una zona muy desconocida para muchos, entre la Sierra de la Cabrera y los límites con Guadalaja y la comarca de los pueblos negros, y con Somosierra y la Sierra de Ayllón al norte.
La verdad es que cuando la recorrí por vez primera fue una zona que me gustó mucho por la belleza de sus paisajes, los pequeños pueblos en ruta, los extensos pinares y los desniveles que me sorprendieron de la zona.
En 2013 volví a recorrer parte del circuito dentro de mi reto de Travesía Invernal GR-10 en non-stop, en pleno febrero, y fue la primera parte del recorrido.
Esta vez, con dorsal y en pareja y con catarro incluido me decía que iba a ser algo distinto y así fue y dentro de lo que cabe al final no fue mal del todo para mí.
Con salida a las 10:30, y con 300 corredores en la larga, Genaro Trail ponía delante de mí unos 50km y 1500m D+ de incógnita después de once meses sin correr con dorsal, llevando desde noviembre haciendo los entrenamientos marcados que las molestias me dejaban y con un malestar general y moquera incluida.
Salimos juntos, afrontando las primeras subidas a buen ritmo y la bajada a Patones con Nerea Martínez junto a nosotros. Pasado el pueblo y afrontando la primera gran subida, el Cancho de Cabeza, mi pareja de carrera Demi que ya se iba quedando atrás desde la bajada a la vaguada de Patones, y por problemas de calambres me dice que no puede y que se vuelve a salida. Después de intentar animarle para que siguiera, y en el km 14 nos despedimos y afronto en solitario los 35km restantes. Voy a buen ritmo hasta el poblado del Atazar, y de ahí enfilo hacia El Atazar, donde paro a repostar en su avituallamiento y encaro el tramo hasta Robledillo de la Jara, no sin antes hacer la larga subida de la pista entre pinares hasta las antenas, siguiendo pistas anchas que serpentean entre valles mientras se rodea el pantano por extremo NE.
Pasado el pueblo me toca rodar un poco más lento pués aparecieron algunos amagos de calambres que se fueron bajando el ritmo. Dos, tres km de pista hasta el último cruce del pantano, para coger ya el último tramo de 10km, muy rodable muy pegadito a los canales junto al pantano, y en los que voy adelantando a muchos corredores.
Para mi sorpresa, el mal cuerpo había ido desapareciendo y cuando me quise dar cuenta estaba bordeando las afueras de El Berrueco, para entrar en meta después de 5h32min, en posición 11 veterano y 25 de la general, flipante para haber salido medio mareado por el catarro, haber ido esperando al compañero durante los primeros 14km...
Cero molestias y mucha satisfacción y motivación recuperada con este Genaro Trail en el que los meses de frío con series, ritmos, y cuestas han dado sus frutos.
En cuanto a la organización, entrega de dorsales muy bien organizada, buen ambiente en la salida, avituallamientos no muy sobrados en sólidos, bien en líquidos sin restricción de isotónico ni agua.
Señalización perfecta, para tres recorridos distintos con el esfuerzo que supone tiene su mérito y hay que reconocerlo. Voluntarios de diez indicando en los pueblos.
Dos cosas que vi y a mejorar: hora de salida muy tarde para 50km, habría que ponerla min. a las 9:00, para que gran parte de los corredores llegaran a la hora de comer. Yo entré el 25 y ya se habian repartido los trofeos y la verdad es que no tenia ni ganas de comer ya a esa hora ni lo vi claro donde estaba esa comida. Segundo el avituallamiento de meta con botellita de agua o powerade a elegir, después de 50km y el calor que hizo, me pareció pobre, además pagando 50 eurazos de inscripción.
Por todo lo demás felicidades a la organización por dar a conocer una zona preciosa y desconocida a tan pocos km de Madrid y sabiendo contra todas las adversidades contra las que han tenido que luchar para sacar esta prueba adelante.
En una semana trataré de estar en línea de salida del trail Guzmán el Bueno 45km en Córdoba, ya os contaré.
Está muy bien la crónica, bienvenido de nuevo a los ultras, y esperamos verte en las siguientes¡¡. Sobre el Genaro, no lo he hecho nunca, ni free ni dorsalizado, a ver si lo arreglo...
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